Sin dudas la selección que maravillo a todo el mundo con su fútbol innovador toco su máximo techo ganando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos y sorpresivamente perdió la final del mundo en el año 1954.
Una selección que estará por siempre en la historia grande
del fútbol fue Hungría, quien en su momento sorprendió a todos y fue la mejor
del mundo durante toda la década del 50, encabezada por el legendario Puskás.
Aquella selección denominada como el “equipo de oro” comenzó
en 1952 cuando en los Juegos Olímpicos de Helsinki derroto a Yugoslavia por 2-0
y así estiraba una racha ganadora que venía desde el año 1950. Sin dudas que eran
el mejor equipo de la posguerra y la mejor selección de Hungría de la Historia.
Esa selección contaba con los nombres de Zoltán Czibor y Sándor
Kocsis, dos pilares fundamentales tanto en los Juegos Olímpicos como en el
mundial de Suiza 1954 y claramente que el gran conductor y abanderado de ese
equipo fue Ferenc Puskás.
Llegado el momento de la máxima cita mundialista, los húngaros
no solo eran los mejores, sino que humillaban a quien se le cruzara en el
camino y en ese mundial Hungría venció 9-0 a Corea del Sur y 8-3 a Alemania en
fase de grupos. En cuartos de final derrotó 4-2 a Brasil y en semifinales repitió
el mismo resultado ante Uruguay.
La mítica selección ansiaba el Mundial de 1958 para tomarse
la revancha pero que se encontró con un final sorpresivo debido a problemas políticos
en Hungría, obligó al seleccionado exiliarse y disputar encuentros amistosos
por toda Europa.
Y ante la negativa de volver al país por parte de sus
principales fueras tales como Ferenc Puskás, Sándor Kocsis y Zoltán Czibor,
llevó al orden soviético a declarar a los jugadores como "traidores a la
nación" y se les prohibió volver a jugar para Hungría. Ese fue el fin de
una de las selecciones más temida de la historia de este deporte, de ser
campeona de los Juegos Olímpicos y a nada de conquistar un mundial inolvidable,
la selección de Hungría paso de ser la mejor a no superar la fase de grupos en
Suecia 1958.
Por no querer ser parte de un gobierno autoritario, las
grandes estrellas de aquel equipo que deslumbró al mundo entero, pasaron a ser
refugiados y supuestos traidores. Aquellos “magiares mágicos” como se hacían llamar,
marcaron una época y dejaron la vara demasiada alta, al punto que hoy en día
nadie imaginaria a Hungría en los primeros planos, cuesta creer volver a ver
algo parecido o incluso volver a ver a Hungría en una final de Mundial.
Por: Agustín Varela /@VarelaAgustin10