Tras vencer al Everton por 3-1, festejó frente a su público.
Solo ocho jornadas faltaban para que concluya la temporada 2014-2015 y
solo siete puntos lo separaban al Leicester de mantener la categoría tras estar prácticamente
todo el torneo en el último puesto. Los ¨Foxes¨ sorprenderían a todos con una
racha final de siete victorias en los últimos ocho partidos, con Esteban ¨Cuchu¨
Cambiasso como figura, para salvarse de la caída a la EFL
Championship … Las hazañas recién estaban por comenzar.
En la siguiente temporada, 2015-2016, contrataron al
experimentado técnico italiano, Claudio Ranieri. El objetivo era claro, mantenerse
en la categoría. Con equipos como el Manchester City de Sergio Agüero, el Tottenham de Harry Kane, el Arsenal de Alexis Sánchez y el Chelsea de Eden Hazard,
era imposible pensar en las chances de ser campeón para un plantel que se
conformaba por jugadores que venían de segundas divisiones o de no ser tenidos
en cuenta por clubes más importantes.
La foto institucional antes de arrancar la histórica temporada.
A falta de dos fechas para el final, los de
Ranieri, que se mantenían desde la fecha 23 en el primer puesto, empataron 1-1 frente a Manchester United en Old Trafford. Necesitaban
que Tottenham pierda o empate ante Chelsea para poder consagrarse campeones
anticipadamente. Finalmente, los de Mauricio Pochettino igualaron ante los Blues
por 2-2 y perdieron el campeonato. Los dirigidos por el italiano terminarían punteros con 81 puntos, sacándole 10 puntos de ventaja a los Gunners y 11 a los Spurs.
Los jugadores festejaron en la casa de Jamie Vardy tras ver por tele el empate entre Tottenham y Chelsea que los consagró campeones.
Una de las figuras del campeón fue Jamie Vardy. El goleador
convirtió 22 goles en la temporada y marcó en 11 partidos
consecutivos. De esta manera, superó la marca de Ruud van Nistelrooy, quien había conseguido
marcar en diez encuentros seguidos por Premier League en el año 2003, en su
exitosa etapa en Manchester United.
Riyad Mahrez y N´golo Kanté, dos jugadores que venían de la
segunda y primera división francesa respectivamente, lograron ser pilares
fundamentales en el equipo. El argelino con aportaciones en goles y asistencias, mientras que el francés se destacó en dominar un mediocampo en el que los rivales sufrían por sus quites y su velocidad en los 90 minutos.
El trío sería nominado para el premio a mejor jugador de la Premier. El nacido en Argelia se llevaría el galardón.
Así es como un equipo, al que a principio de temporada se pagaba 5000 a 1 en las casas de apuestas a que sería campeón, terminó con la hegemonía del ¨Big Six¨ y nos dio una lección de que nada es imposible... menos en el fútbol.
Por: Tomás Pernice / Twitter: @PerniceTomas